Se ha culpado exclusivamente a Adolf Hitler de haber iniciado la destrucción sistemática de ciudades enemigas y provocado la guerra total, pero la objetividad obliga a puntualizar que los alemanes bombardearon Londres el 24 de agosto y los ingleses hicieron lo propio con Berlín al día siguiente. Esas dos necias y fútiles acciones fueron el origen de lo que se conoce como el Blitz, la forma corta de denominar el Blitzkrieg aleman: la guerra relámpago. Comenzó el 10 de Julio de 1940 durante un ataque de la Luftwaffe a los convoyes que cruzaban por el estrecho de Dover. La fábula se fraguó con crónicas radiofónicas como la enviada ese día por Charles Gadner, el corresponsal de la BBC destacado en la zona. Gadner describió los combates aéreos con el entusiasmo y el vocabulario que emplearía un comentarista deportivo en un partido de fútbol: «… es un Junker 87 y se va a estrellar contra el mar… ahí va… ¡Smash!… ¡Oh muchachos!… nunca había visto algo mejor que esto…». Charles Gadner, corresponsal de la BBC. En el reportaje de guerra actual la única emisora de radio que cuenta internacionalmente -aunque declinando y ahora muchísimo menos que hace 25 años- es la majestuosa BBC. La cosa viene de lejos, pero en la II Guerra Mundial no fueron los únicos destacados. Durante el verano y el otoño de 1940 los esforzados del micrófono y la grabadora, de todos los orígenes lenguas, fueron los comunicadores preponderantes. El periodista Edward Murrow de la CBS. De los corresponsales de la época pocos fueron tan perseverantes como Edward Murrow de la CBS, sobre quien George Clooney hizo en 2015 la genial película -a veces documental- titulada ‘Good night, and good luck‘. Su sepulcral «This… is London», con que abría la emisión noche tras noche, galvanizó a la...
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