El asesino conocía el oficio y sabía a los que iba. Eligió el lugar, el momento y la víctima con precisión letal y ejecutó el crimen sin pestañear. Estel lunes 13 de enero de 2025 amaneció teñido de rojo en Alcalá de Henares. A las 8:30 de la mañana, el cuerpo sin vida de Jesús B. J., un conocido feriante de 49 años, yacía en la acera de la calle de Los Hueros, frente a un bar local, donde escucharon ruido, pero pensaron que eran golpes. La escena del crimen revelaba una ejecución meticulosa: tres impactos de bala en puntos vitales -cabeza, cuello y tórax- acabaron con la vida del hombre en cuestión de segundos. Es el primer homicidio del año en la Comunidad de Madrid. La víctima era padre de cinco hijos. La investigación está siendo liderada por el Grupo V de Homicidios de la Policía Nacional, que baraja la hipótesis de un ajuste de cuentas como motivo del asesinato. Los agentes están revisando las grabaciones de las cámaras de seguridad cercanas y entrevistando a familiares y vecinos para esclarecer los hechos. Hasta ahora, no se han realizado detenciones en relación con el caso, pero las autoridades continúan trabajando para identificar al responsable del crimen. La Policía Nacional se enfrenta a un caso que parece sacado de un thriller cinematográfico. El asesino, todavía sin identificar, actuó con la precisión de un sicario profesional. Testigos reportaron haber escuchado hasta seis disparos, aunque el arma utilizada contaba con silenciador, lo que dificultó la detección inmediata del ataque. El modus operandi sugiere un ajuste de cuentas o una venganza personal. Jesús B. J. fue abatido cuando se disponía a entrar en su domicilio, tras aparcar su furgoneta en las inmediaciones. El atacante, según los testimonios recabados, descendió de un vehículo, efectuó los disparos y...
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