Estamos a 26 de octubre de 1951. En el Madison Square Garden de Nueva York se enfrentan al mejor de 10 asaltos dos leyendas de cuadrilatero, el ex campeón mundial Joe Louis, ya en el declive de su carrera y que a la postre sería su último combate y el italo-estadounidense Rocky Marciano, un año antes de proclamarse campeón de los pesos pesados. El combate es épico, legendario, donde Marciano noquea a Louis en el octavo asalto y al ganar llora por dejar fuera de combate a su héroe de juventud. Marciano se retiró en abril de 1956 como campeón y es el único boxeador de la historia que no conoció la derrota. Aquello fue el ascenso de la estrella frente al crepúsculo de su ídolo. Rocky Marciano vs. Joe Louis. Rocky Marciano enfrentaba a quien había admirado durante muchísimos años: Joe Louis, el Bombardero de Detroit en su regreso al boxeo. El moreno lucía fuerte, pero parecía a ratos fatigado. Tenía enfrente a una locomotora humana, a un vertiginoso y recio pugilista cuya principal virtud era el incombustible fuelle, un envión o empuje inigualable. En el crepúsculo del primer round Marciano sacudió la cabeza de Louis con tremendo volado de derecha. El segundo episodio fue trabado, de crispante y tenso nervio. Louis hacia atrás y Marciano, implacable, lo llevaba a las cuerdas para intercambiar metralla: uppercuts, volados, ganchos al hígado. Rocky Marciano deja KO a Joe Louis. En la franja final del séptimo asalto Marciano volvió a sacudir con violencia y tino la testa del viejo bombardero que ya tenía un cerquillo a guisa de tonsura en la parte superior de la cabeza. En el octavo round Marciano derrumbó a Louis con un fulminante izquierdazo. El moreno, con la pierna derecha hincada, escuchó la cuenta de protección sereno, casi...
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