La historia tiene como escenario un helado lago de agua dulce llamado Vygozero, ubicado al noroeste de Rusia. Tal vez nunca sepamos por qué la madre oso decidió cruzar a la otra orilla con sus cachorros. La corriente era fuerte y aunque ella, fuerte y grande, no tenía problemas, los oseznos quedaron en el centro del lago, luchando por la vida sin tener idea de a dónde ir desde allí. A pesar del intenso instinto maternal, cuando se vio superada, la osa abandonó a sus cachorros y comenzó a nadar, dejándolos indefensos en el agua. Nos encontramos, como se describe en el vídeo, con los oseznos solos, exhaustos y desesperados en este lago glacial. Parecía que no iban a sobrevivir. Cuando todo lucía perdido para estos oseznos, como por arte de magia, un barco en el horizonte. Los pescadores se dan cuenta de todo, pero no saben como actuar, por temor a su propia seguridad. Temían que la madre intentara intervenir y subiera a bordo de su barco. Tuvieron que esperar a que la madre estuviera a una distancia más segura. Uno de los oseznos comenzó a tratar de entrar en el barco por su cuenta, extendiéndose con las patas hacia el barco. El barco estaba demasiado alto para el pequeño, y por mucho que lo intentara, no podía subir solo, especialmente en su estado de debilidad por haber pasado tanto tiempo en el agua. Los pescadores, utilizando sus equipos de pesca como herramienta, agarraron al osito. Aunque los pescadores estaban preocupados por su propia seguridad, tampoco podían simplemente sentarse y mirar. Era una cuestión de vida o muerte, y decidieron que tenían que intervenir. Usaron sus redes de pesca para sacar al oso del agua, tal como lo habrían hecho con los peces normales. Ambos partidos tuvieron que cavar...
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