Este artículo es la continuación del que publiqué el pasado domingo 24 de noviembre en este mismo periódico. Faltaba por decir que si no se impone la paz entre Rusia y Ucrania, el conflicto se puede enconar hasta extremos que es mejor no pensar. La razón se debe a que Joe Biden al suministrar misiles balísticos norteamericanos de largo alcance al ejército ucraniano, ha cruzado una frontera que nunca debió traspasar. Algo parecido ha hecho también Gran Bretaña. Zelensky, ese megalómano e irresponsable nacionalista ucraniano, ha comenzado a lanzarlos sobre territorio ruso. Putin ha respondido con misiles balísticos hipersónicos de alcance intermedio y sin carga nuclear, pero que en su día podría llevarla. El primer ministro de Polonia, Donald Tusk, ha dicho “que nunca habíamos estado tan cerca del abismo de una guerra global con el conflicto de Rusia y Ucrania, para el que nadie tiene una solución clara”. A su vez, los dirigentes políticos ucranianos por doquier manifiestan que “están preparados para derrotar a Putin en el frente”. Cuesta creerlo. Y todavía más que nosotros los europeos estemos dispuestos a mandar a nuestros hijos, si llega el caso, a morir por Ucrania y participar en una posible confrontación nuclear con Rusia. Incomprensiblemente hemos olvidado lo que dijo Kissinger poco antes de morir: “Ucrania a lo largo de su historia solo ha sido independiente durante 23 años”. En gran medida, Kiev es la madre de Rusia. Y Crimea cuya población es rusa en un 60% pasó a ser parte de Ucrania en 1954. Hay que pensar que Ucrania es una nación dividida. Tratar que una parte de este país pueda dominar a la otra, es generar una guerra civil sin sentido. Pero lo más grave que acaba de suceder es el hecho de haber utilizado los citados misiles balísticos de...
The post De cómo Norteamérica nos ha devuelto a la Edad Media e Israel a la época de las cruzadas (2ª parte) appeared first on Periodista Digital.