La ridiculez del rojerío no tiene límites. La última pataleta del rojerío ha sido abandonar ‘masivamente’ la red social X (antes Twitter) por el triunfo de Donald Trump. El presidente electo ha anunciado que el director de la plataforma formará parte de su equipo de gobierno, encargándose de una oficina que tendrá como objetivo recortar los gastos superfluos del Estado. Luego de conocerse este anuncio, los ‘progres’ se quejan de que la plataforma ya no es democrática y que se ha convertido en un altavoz para las fake news, los bulos y discursos de odio. Todo, pese a que es la única red social que a las publicaciones que son tal, les hace anotaciones para advertir a los usuarios que se encuentren con el tuit sobre el contenido nocivo, erróneo o malintencionado que enuncia. El periodista gallego Antón Losada ha sido uno de los primeros en sumarse a esta medida importada, como el wokismo, de los Estados Unidos. La respuesta ha sido más que nada de burla. Pero la acción es replicada también por alguna que otra empresa, como el caso de La Vanguardia, que anunció que abandonaba X, imitando al inglés The Guardian, que había hecho el anuncio horas antes. Curioso el caso de La Vanguardia, que el mismo día que anunció la decisión, asegurando que la tomaba porque la plataforma se había convertido en una red de desinformación desde que Elon Musk la adquirió, publica el bulo del helicóptero estrellado en Madrid, difundido en primer lugar por EFE. Este y otros asuntos de actualidad serán tratados por Rebeca Crespo en La Segunda Dosis de este jueves, 14 de noviembre, junto a Pedro Fernández (Vox) y Marcos Ondarra (The Objective)
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