Nicolás Maduro, el tirano, ha amenazado con desatar un bañó de sangre en Venezuela si este 28 de julio de 2024, cuando pierda las elecciones, no se le declara ganador. Y mientras algunos izquierdistas de dudoso pasado como el brasileño Lula censuran sus palabras y le dicen que si pierda, se tiene que ir, el inefable Zapatero y el propio Pedro Sánchez acuden en su ayuda. Todas la encuestas vaticinan que el candidato opositor Edmundo González supera por más de 25 puntos a Maduro, pero crece la sensación de que habrá fraude masivo y que el sátrapa utilizará a los militares para ahogar las protestas populares. El Gobierno Sánchez no solo no ha condenado sin matices que el régimen chavista haya prohibido la entrada al país -entre otras- a la delegación del PP que iba a participar como observadora de las elecciones del domingo, sino que, culpa de lo ocurrido a los populares por haber ido a Venezuela. Esa ha sido la primera posición oficial expresada por el Ejecutivo socialcomunista, tras conocerse el viernes por la noche (hora española) que el régimen de Maduro había retenido a los diez diputados y senadores del PP invitados por la oposición para participar como observadores. La actuación del Gobierno de España, compartiendo el discurso del chavismo, es lamentable. Qué valientes son con los dictadores muertos y qué sumisos con los dictadores vivos. Viva Venezuela libre 🇻🇪 pic.twitter.com/YCjpV3GP9w — Miguel Tellado (@Mtelladof) July 27, 2024 Fueron confinados en el aeropuerto de Caracas nada más aterrizar, se les impidió utilizar sus dispositivos móviles para evitar que se comunicaran con el exterior y se les informó que tenían prohibida la entrada en Venezuela y que, por tanto, iban a ser expulsados. Ante este hecho, el Gobierno de Sánchez optó por culpar al PP en vez de...
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