A nivel de inversión la cosa es diferente: las empresas españolas están presentes en aquel país pero con una actividad mínima, sin embargo sí tienen grandes planes de inversión para modernizar el país si ven la oportunidad. Telefónica por ejemplo tiene un plan de inversión de 25 millones, BBVA tiene una cuota de mercado del 16% y es una pieza clave para que Venezuela se pueda relacionar con otros bancos del mundo. La presencia de estas empresas que hoy invierten poco pero que tienen capacidad para invertir mucho es vital para Venezuela y por tanto creo que el país intentará preservar este potencial. La inversión de España en empresas venezolanas ronda los 500 millones y la de Venezuela en empresas española los 1.500 millones (son cifras de 2021), principalmente en el sector inmobiliario por la entrega de visados oro. Si las relaciones entre los dos países se rompieran perjudicaría mucho más a Venezuela que a España a corto plazo. Sin embargo, a medio plazo y largo plazo el tema es totalmente diferente porque no hay que olvidar que Venezuela posee las reservas de petróleo más importantes del planeta, mucho más grandes incluso que las de países como Arabia Saudí. Por tanto, el potencial de crecimiento del país es enorme, se podría convertir en el país más rico del planeta. Todos los países (EEUU, China, Europa…) saben que esto es así e intentan no perder posiciones allí esperando la oportunidad para intervenir en su desarrollo. La diáspora que se está produciendo en Venezuela ha llevado ya a más de 7 millones de personas fuera de sus fronteras para pedir asilo político. En España esa comunidad es de unos 700 mil ciudadanos venezolanos, muchos de ellos empresarios, expolíticos, personas con patrimonio que tratan de abrirse una oportunidad en nuestro país. Ellos siguen...
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